Sequía.

Ayer soñé, que era una gota de agua recorriendo tu piel.
Era tal mi felicidad, que me evapore y de un sobresalto me desperté.

¿Realidad?

Te has ido sin mostrar tu verdad, ni el motivo por el que te escondes.
Te has ido dejándome la venda puesta en los ojos.
Te has ido sin más, sin una palabra hiriente por la que pueda odiarte y tener un motivo para olvidarte.
Te has ido igual que llegaste, por sorpresa.

Quizás nunca estuviste, solo fuiste un sueño que se grabo en mi memoria, como realidad engañosa.

Un día más.

En un día gris de Octubre, me acuerdo de ti.

Que fácil seria culpar al otoño sombrío, que tan negativamente afecta sobre los ánimos heridos.

Pero entonces tendría que culpar cada estación del año, cada mes y cada día.

La poza

Cerca de ningún sitio, existe una poza de agua natural, que tiene fama de cumplir deseos. Una leyenda cuenta que en las noches de absoluta oscuridad, una figura se asoma a ella para contar en voz alta su penar

“Guardo todas las caricias que en mi mente te regale, clasificadas como si de recuerdos reales se trataran. Las guardo en una caja sin fondo ni cerradura, pues nunca te las daré.
En las noches de insomnio las repaso, adorno todos mis recuerdos ficticios, incrementando la historia un poco mas, para seguirla en otra noche de soledad.
Mi fantasía pone a prueba mi cordura sin compasión, y me desafía intentando confundir mi realidad.
Tú sigues en la lejanía, viviendo ajeno tu realidad
Una noche más, te vengo a pedir que me concedas memoria para no olvidar, lo que me hace feliz recordar, aunque esto no sea ni será realidad.”

Te cuento. Me cuentas?

Recuerdo una historia que me contaron de pequeña, y creo que esta es la responsable de la curiosidad que me despiertan los campos santos. Os la cuento:

“Hace mucho, mucho, mucho tiempo (ahora más, que ya hace tiempo que me la contaron), en el pueblo había una muchacha muy valiente, que no se achicaba ante nada. Los mozos decidieron retarla para comprobar si su valor era tanto como decían. Le propusieron ir a media noche al cementerio en solitario, sin luz alguna que iluminara sus pasos. Para probar su presencia, tenia que dejar clavada una estaca en el centro del cementerio. Ella sin dudarlo acepto.
Cuando dieron las doce campanadas, nuestra intrépida protagonista salto el muro y se dirigió estaca en mano, a cumplir su objetivo. Cuando llego al punto señalado, se agacho y la clavo en el mismo centro. Al levantarse noto un fuerte tirón en la falda, el pánico se apodero de ella y el corazón le fallo, cayendo fulminada.
A la mañana siguiente la encontraron sin vida, el tirón que había sentido, lo causo la estaca, que al clavarla pillo su falda”.

¿La habías oído antes, como cultura macabra de algun pueblo?

¿Sabéis alguna otra?

Pasa

Puedes pasar y registrar mi casa.

Puedes buscar en los rincones, en los armarios y en los cajones.

Tienes las puertas abiertas y el tiempo del que tú dispongas.

Pero no encontraras lo que buscas, no hay nada.

Lo único que escondo son pensamientos, sensaciones y sentimientos, que guardo celosamente en una caja blindada y protegida con dos centuriones, en un lugar seguro de mi alma.

Destino

Si el destino esta escrito, ¿como podemos dudar?.

Si tenemos un mapa que nos guia a seguir un camino, ¿como es que tenemos opciones?.

Si mi camino se une al tuyo , sera que estaba escrito. Entonces no hay lugar para arrepentimientos ni remordimientos. Todo es excusable con el argumento del destino.

¿Donde esta escrito? Quizas se encuentre junto al alma.

El alma se le puede vender al Diablo, ¿se lleva este al mismo tiempo tu destino cambiandolo, o eso tambien estaba escrito?